domingo, 15 de diciembre de 2013

Joseph Beuys, l'art comme la vie

“Cada hombre es un artista. En cada hombre existe una facultad creadora virtual. Esto no quiere decir que cada hombre sea un pintor o un escultor, sino que existe una creatividad latente en todas las esferas del trabajo humano”
Para Beuys, procedente de un entorno católico practicante, interesado por la poesía y las ciencias naturales, que combatió en la II Guerra Mundial en la Aviación, todo cambió tras su caída en Crimea, donde nos cuenta que le acogieron y cuidaron unos tártaros nómadas y que con sus ritos de curación le ayudaron a sobrevivir. Este tipo de medicina curativa no era convencional, era primitiva ritual, algo ya perdido en el desarrollo de la civilización. 

Tras estudiar arte en la Academia Nacional de Düsseldorf en 1961 le ofrecieron un puesto como profesor de escultura en la misma academia. En sus clases Beuys se opondrá totalmente a la figura tradicional y estricta del profesor y va a entablar una relación más estrecha y directa con los estudiantes, donde unos aprendan de los otros. Pero su actividad no se quedará sólo en ser profesor, sino que trabajará en exposiciones y acciones, relacionándose con artistas del momento. Propone una universidad libre, donde quien lo desee pueda aprender y donde se atiendan a las necesidades demandadas por los alumnos. Por todo ello y su relación con el profesorado y la administración, fue expulsado en 1972.

Beuys no entiende una forma de arte separada o apartada de su contexto, por eso toda su producción va a estar integrada en su vida. La política establecerá una relación muy estrecha con el arte y en las acciones de Beuys. Mientras llevaba a cabo una labor activista en la política y accionista en el arte, crea su perseguida Universidad Libre, donde podrá llevar a cabo todo aquello que proponía. 

Podemos considerar a Beuys como un escultor social, un activista interesado tanto en el arte como en la política. Quería dar un giro a la forma de entender el arte y de producirlo. El arte va más allá de lo que siempre a abarcado; rompe fronteras y llega a todos los sectores de la vida. 

“A mi juicio, el arte ha llegado a un término, toca a su fin y ahora comienza un periodo en que asoma la necesidad de un arte social”.

De esta forma nos propone que nosotros mismos seamos la revolución (La Rivoluzione Siamo Noi), que el arte nos llame y revolucione nuestro modo de vivir, ya que como él comenta, el arte no se puede quedar acotado en el espacio cerrado del museo, sino que debe de transformar nuestra percepción y al hacerlo cambiar el mundo en el que vivimos. Por lo que toda su obra no se puede desligar de su vida cotidiana.

Beuys nos hace ver cómo el arte nos enseña a pensar, nos ayuda a salir de la alienación a la que estamos sometidos, nos hace ser libres, ser críticos con la sociedad y la política. 
“La cuestión es la capacidad de cada uno en su lugar de trabajo para convertirse en una fuerza creativa y reconocerla como un deber artístico a cumplir”.

Fuente: BOZAL, Valeriano, Modernos y postmodernos. Historia 16, Madrid, 1989.

No hay comentarios:

Publicar un comentario